Pedro González Zerolo (Caracas, 1960) ha fallecido esta mañana en Madrid, después de más de año y medio de enfrentarse a un cáncer de páncreas.
Concejal del Ayuntamiento de Madrid desde 2007, fue elegido presidente
del Partido Socialista de Madrid (PSM) en febrero de este año. Pero el
reconocimiento de Zerolo le había llegado mucho antes, como presidente
de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales
(FELGTB) desde 1998 hasta 2003, adonde llegó desde la presidencia del
colectivo LGTB de Madrid, Cogam. En ese tiempo fue el muñidor —nunca
solo— de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo que se
aprobó en 2005.
Aquella norma fue una revolución en España, Europa y tuvo un gran
impacto en Latinoamérica. Por primera vez un país reconocía en completa
igualdad los matrimonios de gais y lesbianas sin ninguna salvedad. Otros
países (Holanda, los escandinavos) tenían leyes de parejas de hecho que
les reconocían algunos derechos, pero eran normativas paralelas a la
del matrimonio heterosexual. Zerolo —abogado de profesión hasta que tuvo
que dejar su despacho por la militancia— fue uno de los encargados de
cribar todo el sistema legislativo español para cambiar las menciones a
Marido y mujer por la de cónyuges, un cambio semántico de tanto calado
como el de modificar las referencias a padre y madre por la de
progenitores, porque la ley española también equiparaba a las parejas
del mismo sexo con las heterosexuales a la hora de adoptar. Él mismo
utilizó la ley para casarse en 2005 con Jesús Santos, quien le ha acompañado hasta su muerte en el domicilio de la familia.
Poco después, también fue Zerolo responsable de la ley de identidad
sexual que reconoció gran parte de los derechos de las personas
transexuales, y que también se consideró avanzada para su época.
En enero de 2014, Pedro Zerolo anunció que tenía un cáncer de
páncreas. Por primera vez ese año faltó a la manifestación del Orgullo
Gay. Fue uno de sus pocos síntomas de debilidad. Abanderado de la
visibilidad en todos los terrenos, fue actualizando su perfil en las
redes sociales para adaptarla a su nueva imagen. La quimioterapia le
hizo perder la conocida melena rizada, y su cabeza calva se convirtió en
su nuevo símbolo.
En su última entrevista publicada en EL PAÍS Zerolo confesaba que, a pesar de la enfermedad, seguía siendo un volcán. "Canario,
de Tenerife, ¡cómo el Teide! Estoy enfermo, lo sabes. De la enfermedad
aprendí que quien siembra recoge. Me ha sorprendido el cariño anónimo.
Creo que para vencer esto no hay que tener miedo. El miedo se vence con
tranquilidad, estando tranquilo con uno mismo. Sin miedo sientes que la
vida está contigo…".
Aquella segunda salida del armario, como él la definió alguna vez,
fue muy bien acogida por colectivos como el de pacientes con cáncer, que
encontraron en Zerolo un símbolo de visibilidad.
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